jueves, 12 de agosto de 2010

Conflictos de pareja - Consejos para primeros auxilios

1.- Enamoramiento y amor

Debemos distinguir entre enamoramiento y amor, pueden presentarse de modo simultáneo o aislado, mientras el enamoramiento es una pasión el amor es un sentimiento
Los sentimientos son estados del " yo " que nacen de un movimiento interior del que persona que los siente se cree autora y no están vinculados necesariamente a estímulos externos, siendo autónomos, difusos y capaces de sostenerse a través de la voluntad de quien los experimenta.
Aunque se pueden experimentar solamente durante algunos períodos de tiempo están basados sobre unos fundamentos afectivos sólidos y bastante permanentes, por lo que se mantienen establecen profundidad, teniendo una proyección amplia en el tiempo.
Las pasiones sin embargo, son intensas tendencias o inclinaciones cuyo empuje no es voluntario ni activo, y es que siempre se dirigen a conseguir su objeto - que es precisamente las que las desarrolla y alimenta - cerrando un círculo vicioso. Su empuje no es voluntario porque surgen independientemente de la voluntad de quien las experimenta, que no se siente autor de las mismas, al contrario de lo que sucede con los sentimientos. Dan la impresión de que proceden de fuera del " yo " , de que gozan de autonomía propia y de que se imponen de un modo determinante, con lo que esa persona se ve "arrastrada" o "dominada" por su pasión. Además alteran el juicio a través de varios mecanismos psicológicos, induciendo la aparición de razonamientos nuevos e ideas sobre valoradas que justifican la propia pasión a la vez que debilitan o eliminan los que se les oponen.El enamoramiento suele aparecer de un modo brusco e incluso imprevisto, promovido por una intensa atracción, de carácter autónomo o involuntario, en donde los aspectos físicos y sexuales suelen tener una gran importancia.
El amor por el contrario, se va estableciendo de un modo mas lento, más imperceptible y propio en la relación con contenidos de índole mas psíquica y afectiva y, sin embargo, tiende a ser más constante y permanente en el tiempo que el enamoramiento, que tiene un carácter más inestable y transitorio.
El afán de poseer y estar con el ser amado es mucho más intenso en el enamoramiento, en el que son más comunes los celos. El amor se caracteriza mas por la actitud de entrega de dar y compartir con el otro.

2.- Enamoramiento

La intensidad afectiva, que se desarrolla en el enamoramiento es muy superior a la del amor. Sin embargo es mas superficial, subjetiva y voluble
Estando expuesta a cambios radicales, incluso por motivos insignificantes, ya que de la pasión del enamoramiento se puede pasar fácilmente a otra pasión
el odio. En la mayoría de los casos la relación comienza a partir del enamoramiento, tras el cual, si todo sale bien, se va desarrollando el amor.El enamoramiento sin amor carece de consistencia y, con el paso del tiempo, la relación termina fracasando. El amor sin enamoramiento se sustenta en . fundamentos más sólidos, con lo que tiende a logrear mayores niveles de permanencia, ya que en muchos aspectos la relación resulta satisfactoria para los dos, aunque en otros pueda resultar aburrida e insulsa. La relación se ve amenazada o se puede romper si uno de ambos se enamora de otra persona.
Cuando existen amor y enamoramiento en fases en dosis suficientes, la relación es perfecta. Es normal que se modifique a lo largo de una relación duradera, la percepción de los niveles de amor y enamoramiento tanto propios como por parte del otro. En términos generales , los niveles de intensidad del amor, entendido en su sentido amplio, que se mantiene en cualquier persona sufren altibajos. Esto ocurre en la amistad, en las relaciones entre padres e hijos, entre hermanos.El que una relación amorosa sea satisfactoria y se desarrolle adecuadamente va a depender entre otras muchas cosas de la personalidad de ambos. Cada cual tiene su peculiar forma de querer a los demás: Este particular estilo de amar guarda una relación directa con el modo de ser y de pensar en cada individuo. Es decir sus rasgos caracteriales y temperamentales, su particular y idea de lo que es y debe ser el amor y del papel que cada uno de los amantes debería asumir y desempeñar durante la relación.Cuando se tiene un idea discrepante de que el otro debe desempeñar a lo largo de la relación surgirás a cada paso disputas sentimientos de frustración. A parte de factores personales, aquí también, pueden influir factores de índole cultural en relación con los estereotipos no concordantes sobre el papel asignado al hombre y a la mujer.Querer no es igual, ni mucho menos, que saber querer. Muchos se asombran de las quejas de aquellos a los que dicen querer o de sus fracasos sentimentales , y afirman haber querido a determinada persona sin entrar en la cuestión de si supieron querer o no.
Para una gran parte de ellos , querer a alguien es sinónimo de sentir afecto por esa persona. Es decir su amor lo miden exclusivamente por la mayor o menor intensidad del sentimiento que experimentan , sin pararse a considerar que el amor se puede medir también por su comportamiento hacia el otro, su capacidad para hacerle feliz.

3.- El amor

Al amor es un sentimiento que mueve a desear, que la realidad amada alcance lo que juzga sea su bien, o procurar que ese deseo se cumpla y a gozar como el hecho de saberlo cumplido. Hay personas que ni siquiera se plantean como pueden contribuir a la felicidad del otro , ni si están o no contribuyendo a la misma con su comportamiento. Simplemente saben que tienen afecto por el otro , y creen que esto ya es suficiente, y no sólo que es suficiente, sino que el hecho de sentir " amor " por esta persona , en si mismo, justifica todo lo que puedan puedan hacer.
Dicen que el otro les tiene que aceptar y querer tal y como son. Algunas personas pretenden cambiar al ser amado, imponiéndole sus gustos, ideas etcétera. Si esta persona es tan diferente a la que pretenden creer ser preferible que buscaran otra. No obstante, a través de este argumento intentan justificar la validez de todo lo que hacen.Se olvidan de que el amor implica también buscar la felicidad del otro, procurar aquello que le puede hacer feliz y evitar lo que le desagrada. Pretender que el otro acepte todo por amor sin sentir la obligación de rectificar nada por él es una postura egoísta e injusta. Es cierto que el amor implica querer a la pareja tal como es . Pero como es en su esencia , en lo inamovible y sustancial, no en las diversas manifestaciones comporta mentales, las cuales son en su mayor parte modificables y están sujetas a su inteligencia y voluntad.
Algunas personas tienen dificultades de interpretar y comprender adecuadamente tanto los sentimientos propios como los de los demás, son "analfabetos sentimentales" incapaces de penetrar adecuadamente en el mundo afectivo.
Se comportan torpemente en sus relaciones sentimentales, se equivocan de plano en su bien intencionado afán de hacer feliz al otro, sorprendiéndose al comprobar que muchas veces su comportamiento termina provocando la reacción contraria a lo que esperaban o pretendían. Quedan entonces desorientados, indefensos sin saber que hacer sobre si deben culparse a si mismos o al otro, a quien no son capaces de comprender en este aspecto. Las frecuentes afirmaciones de lo raras que son las mujeres y viceversa, no son más que una manifestación de sus dificultades para comprender adecuadamente el estilo afectivo de sus parejas.
Sin un suficiente conocimiento de la persona a la que se quiere difícilmente se la puede llegar a saber querer.

4.- Algunos problemas que se presentan en el amor

No obstante no es fácil conocer a los demás, incluso es siempre difícil conocerse a uno mismo. La cuestión se hace aún mas complicada cuando alguien da pocas facilidades, bien porque procura aparentar lo que no es o porque sostiene una actitud hermética y defensiva que le hace convertirse en una persona relativamente impenetrable., suelen tener una autoestima baja y en consecuencia piensan que si el otro descubre como son en realidad quedaran desencantados y le dejarán. Por lo tanto prefieren dar una falsa imagen de si mismo que se corresponde con lo que juzgan que podría ser el ideal de la persona a la que quieren , sosteniendo esta ficción todo lo que pueden.Sin embargo el paso del tiempo va poniendo de manifiesto la estafa, esto pone en un serio peligro la relación. Lo curioso es que no es estrictamente lo que se descubre lo que defrauda, en la mayoría de los casos si esta persona se hubiera mostrado de un modo más auténtico y sincero el otro la habría aceptado fácilmente así desde el principio, ya que las carencias o defectos que se pretenden ocultar no suelen ser tan graves desde un punto de vista objetivo. Son graves para el que los oculta, mucho menos importantes para un observador imparcial y muy leves para el enamorado, que siempre tiende a disculparlos.Al descubrirse el engaño se exige un sobreesfuerzo de adaptación y se descubre que el vínculo esta viciado: se quería a algo diferente, a otra persona. El problema está mas en descubrir que se trata de alguien diferente que en comprobar que se trata de alguien peor.
Otras personas son tan celosas de su intimidad que no se dejan conocer, no dan una falsa imagen de si mismas, sino una imagen incompleta, prefiere la ocultación a la falsificación.Algunos simplemente no son conscientes de que deben dar ciertas facilidades para que el otro les vaya conociendo mejor. Pretenden que la otra persona , sin más, adivine o intuya su carácter, sus ilusiones y preferencias sin expresarlos nunca abiertamente. Incluso pretenden que sepan en cada momento lo que les gustaría que el otro hiciese o dijese, cuando lo que unas veces les agrada, otras les desagrada. Incluso pretenden que sepan en cada momento lo que les gustaría que el otro hiciese o dijese, cuando lo que unas veces, cuando lo que unas veces les agrada, otras les desagrada.
Sus reacciones resultan entonces contradictorias e imprevisibles para el otro, que termina desconcertado y no pocas veces culpabilizado.
Aquí, como en tantas ocasiones, el problema está en la falta de generosidad. El amor debe ser generoso para alcanzar su plenitud, debe buscar más la felicidad del otro que la propia. Si se comprende el amor como la mera utilización del otro, siempre y mientras sea capaz de seguir proporcionando satisfacciones, no se le hace mayor estima que a una cosa capaz de proporcionar un cierto bienestar, y que se tira cuando deja de proporcionarlo.La personalidad , el modo de ser de cada individuo, va a influir necesariamente en su forma de amar, aunque esto no implica una predeterminación absoluta. Si se conoce verdaderamente la personalidad de alguien se puede predecir en buena medida su forma de amar. No obstante, hay dos obstáculos a este respecto que pueden modificar decisivamente las previsiones iniciales: el primero que la personalidad , tal como se ha dicho, puede cambiar y de hecho cambia necesariamente con el paso del tiempo. El segundo que uno de los factores que produce más modificaciones es el precisamente, el amor.
El amor es uno de los factores que pueden modificar el carácter de un modo decisivo. Lo que les ha ocurrido a muchas personas en las que súbitamente observamos un cambio llamativo en su forma de ser, simplemente que se ha enamorado. En muchos casos, el hecho de amar y sentirse querido especialmente cuando la relación afectiva está bien estructurada, ayuda a equilibrar la personalidad. Pero no siempre es así. Confiar en que alguien cambiará en determinados aspectos como consecuencia del amor, o del establecimiento de un compromiso amoroso, suele ser una ingenuidad inducida por la benevolencia del propio amor y por el deseo que esta persona cambie. Muchas veces decirse que cambiará es un modo de engañarse para no verse en el dilema de tener que abandonar una relación conflictiva.

5.-Conflictos de pareja

El ejemplo más dramático de esta ingenua confianza, que mas bien puede calificarse de auténtico autoengaño, se ve en las personas que se dicen a si mismas que, tras el matrimonio, su pareja cambiará en aquello que consideran un obstáculo grave para sostener adecuadamente la relación: que dejará de beber en exceso, de ser infiel, de ser irresponsable, celosa etcétera. Casi nunca suele suceder así. Es más muchas veces sucede lo contrario, ya que la gravedad del problema había quedado parcialmente oculta y se pone más de manifiesto en la convivencia cotidiana.Hay características de la personalidad que pueden constituir un grave obstáculo para el amor. Hay personas que resultan difíciles de querer. Los motivos son muy variados.Algunos no son capaces de entender mínimamente al otro, por miedo a sufrir o por incapacidad de amar. Otros solo son capaces de quererse a sí mismos , se limitan a dejarse querer sin que exista un mínimo de reciprocidad. El amor no puede ser completamente unidireccional. Todo el que quiere necesita también , al menos, un poco querido. De no ser así el amor se terminará extinguiendo.En otros casos ,el problema deriva de la excesiva necesidad de afecto y atención que uno puede reclamar del otro con lo que la relación resulta agobiante.La relación con personas excesivamente posesivas también termina resultando agobiante., tiende a limitar la libertad, a pretender conducir la vida cotidiana de su pareja , que se sentirá asfixiada ante la presión.Aldo similar ocurre con los individuos excesivamente dependiente. La gran necesidad que tienen del otro hace que no puedan pasar cierto tiempo sin él, o que le tenga que ayudar a resolver casi todo.


6.- Problemas y algunas soluciones.

Lo sano del amor pasa porque las dos personas implicadas intenten compartir sus respectivas independencias , más que por una pérdida de la independencia de cada cual. De hecho, al principio de la relación amorosa la independencia del otro es un elemento atractivo importante. Cuando desde el primer momento se toma una actitud excesivamente posesiva o dependiente el atractivo disminuye, e incluso puede surgir sentimientos de rechazo que ponen en peligro la continuidad de la relación.No obstante, una independencia personal llevada a ultranza es incompatible con una relación amorosa adecuada. Uno de los grandes pilares en los que esta se sustenta es en compartir un buen número de asuntos. Desde las decisiones de cierta importancia y las mayores responsabilidades hasta las pequeñas cuestiones cotidianas y domésticas cuando casi nada se comparte no es que la relación vaya mal, es que no existe tal relación. Las personas de lo que se corresponde con su individualidad. Hablan de su trabajo, su familia, sus amigos, su tiempo de ocio, su dinero,....su vida, en definitiva. El termino posesivo implica no sólo que es de ellos, sino que es de ellos en exclusiva o, cuando menos, de su libre disposición. Huyen del compromiso, no ya por miedo a perder su libertad, sino más bien a perder todo lo que es tan . Cuando aceptan comprometerse ceden una parte, pero defienden tanto la otra que la relación primero se estanca - ya que necesita progresar en este terreno- y después muere.Otro gran pilar sobre el que se asienta una relación sana es el de la confianza. Algunas personas son excesivamente desconfiadas, y su actitud produce el mismo sentimiento en el otro. Cuando alguien confía en nosotros tendemos a confiar también nosotros en él, y viceversa. Además, sin una dosis suficiente de confianza, , difícilmente se puede compartir muchas cosas en profundidad.Pero la desconfianza puede provenir de motivos objetivos, de comportamientos del otro que han puesto en evidencia que no se puede confiar en él. Las personas que recurren frecuentemente a la mentira terminan provocando una pérdida de confianza irreparable.
Un alto grado de confianza no es posible sin un buen nivel de comunicación . Muchas relaciones fracasan debido a una comunicación pobre, superficial y escasa. Sin comunicación no es posible que se produzca un buen intercambio afectivo ni de puntos de vista, como tampoco es posible llegar a comprender al otro y dejarse conocer por él.Si la conversación suele ser conflictiva conlleva tensiones y discusiones que hacen que en lugar de resultar amable y gratificante termine dejando un sabor amargo. De este modo la comunicación tiende a desaparecer, a limitarse a sus facetas más imprescindibles y prácticas, que suelen ser las más espinosas y desagradables. Se cierra así un círculo vicioso por el que la comunicación se va extinguiendo paulatinamente.Determinadas características de la personalidad y circunstancias externas, por el contrario, pueden facilitar una buena relación, así como su deficiencia dificultarla. La existencia de una considerable atracción física mutua, un nivel cultural, educacional e intelectual similar, parecida escala de valores, aficiones similares, una personalidad con capacidad para respetar, compartir, confiar y dar motivos de confianza, fidelidad y lealtad, dentro de un clima de igualdad, siempre resultan en principio favorables.El amor se desarrolla más fácilmente si se trata de personas equilibradas, con una personalidad madura, generosa, tolerante, con buena capacidad de comunicación, de intercambiar afecto. También cuando existe un buen nivel de concordancia en lo que se refiere a las obligaciones y competencias de cada cual, no existen hábitos inadecuados (alcohol, drogas, juego etcétera) y se tiene una buena capacidad para adaptarse a los cambios y tolerar las frustraciones.Otro aspecto sustancial estriba en la existencia de una mutua voluntad de comprensión y perdón. A lo largo de una relación medianamente duradera siempre hay motivos para sentirse heridos. Cuando no se es suficientemente capaz de perdonar, estas heridas, lejos de cicatrizar, constituyen una continua fuente de rencor y hasta deseos de venganza que provoca una profunda amargura y neurotiza la personalidad. Aquel que sistemáticamente no se siente capaz de perdonar está incapacitado para el amor.Competitividad .- En nuestros días se viene produciendo un fenómeno novedoso: el de la competitividad entre ambos miembros de la pareja. Aunque en España es un fenómeno incipiente en países competitivos como EE.UU. no es infrecuente que entre ambos se establezca una carrera por demostrar quién es capaz de triunfar más en el terreno profesional, de ganar más dinero, de tener más éxito social etcétera.Así las cosas, se puede terminar viendo el éxito del otro como un fracaso personal en lugar de un éxito propio. Es más si se ha establecido esta competitiva rivalidad los efectos se pueden invertir y aparece una forma de envidia, ya que, en el fuero interno, el éxito del otro resulta doloroso cuando llega a superar al personal.
Si el espíritu competitivo sustituye al de colaboración mutua terminará dañando mortalmente la relación. También es importante conservar suficientes ratos de intimidad y complicidad, aunque sin caer en un aislamiento social forzado o excesivo.La falta de suficiente tiempo para hablar y compartir ratos agradables, o bien la rutina, la excesiva monotonía en laque puede in cayéndose con el paso de los años, es un enemigo muy corriente que, casi de un modo imperceptible, va asfixiando lentamente el amor. La falta de intimidad es tal perjudicial como un aislamiento excesivo, aunque no se deben consentir posibles interferencias de terceras personas, familiares o amigos, que pueden intentar infiltrarse en la intimidad de la pareja, lo que es siempre un hecho inaceptable.Es necesario un poco de imaginación para evitar caer en el desgaste de la monotonía. Buscar pequeñas novedades, sorprender de cuando en cuando al otro con algo extraordinario o simplemente distinto de lo habitual, hacer planes diferentes, viajes , celebraciones etcétera. Es una tarea importante y sencilla, pero que exige un continuo interés por vencer esa característica dejadez que penetra lentamente en muchas relaciones afectivas con el paso del tiempo.

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